martes, abril 10, 2007

BAFICI (1)

Entre tantas películas (y los shows de Nacho) uno va quedando perdido; y es una grata sensación. Sería bueno seguir así hasta desaparecer completamente.
Algunos films argentinos que estuve viendo y recuerdo ahora:

Sueños de Polvorón (Gabriel Alijo): la gran sorpresa hasta el momento. Le vi gracias a la insistencia del amigo Juan. Este documental nos acerca a Willy Polvorón, cantante de Los Polvorines, personaje único, eterno estudiante de derecho, vendedor de garrapiñadas y mucho más. Capaz de hacer la versión más absurda, desafinada e irresistible de Let it be así como componer tremendas canciones de amor como La bicicleta. Pero Sueños de polvorón es algo más. Y ese algo más es la historia de Mariano Echenique, manager de Willy, incansable buscador y soñador que no se resigna y que sigue creyendo que su artista será escuchado alguna vez. No hay dudas de que Willy vive un poco fuera del mundo; él hace sus canciones, las cantas y si bien también sueña (quiere traducir sus canciones al japonés porque dice que en Japón se admira mucho lo argentino) no parece del todo conciente de las reglas del mundo. En cambio Echenique sí las conoce y sabe cómo funcionan. Y pese a todo sigue. La decisión del director de pegarse a Echenique, de seguirlo, de escucharlo y de estructurar la película a partir de su incansable búsqueda fue la más acertada. Sin duda Echenique es uno de los héroes cinematográficos del BAFICI 2007.
Algo más: Sueños de Polvorón es además la película más divertida y graciosa del festival. Y como tal también guarda mucha melancolía.

UPA (Santiago Giralt, Camila Toker, Tamae Garateguy): Mmmm… qué decir. Todavía no termino de saber bien qué pienso. La película funciona, no hay duda. Es una película lograda. Es divertida (muy), está bien actuada… sin embargo, en un punto más que una crítica, una parodia o lo que sea hacia el Nuevo Cine Argentino es un gran chiste interno, de esos que se festejan en grupos cerrados y que pese a su cáscara “crítica” no es más que puro ombliguismo.
Amo a Camila Toker.

Copacabana (Martín Rejtman): de lo mejor hasta el momento. Rejtman mira la comunidad boliviana con la distancia justa, sin bajada de línea y sin condescendencia. Y consigue una película luminosa, bella, cuyas coreografías iniciales le dan una potencia asombrosa. Implícitamente política además, Copacabana es otra maravilla rejtmaniana. Martín Rejtman es a esta altura el gran director argentino después de Favio.

La León (Santiago Otheguy): Una película mínima desde lo argumental y empantanada en su interior. Igual que sus personajes. Ambientada en una isla del delta, La león es un mundo cerrado y extraño donde las pulsiones trágicas de sus habitantes se adaptan al medio sin modificarlo; muy cuidada de lo formal, con planos que deslumbran por su belleza en blanco y negro, La León sin embargo no se resgina al preciosismo vacío y apuesta a la potencia y la polisemia de las imágenes.

*Tanto La León como Copacaba se exibieron mediante el proyector HD, y si bien lo técnico suele importarme más bien poco hay que destacar lo increíble que se ve. No se parece en nada a lo que veniamos viendo en video. Y es diferente al fílmico, obvio; otra textura, otro contraste. Y es hermoso realmente.

1 comentario:

Germán dijo...

Soy un gran admirador de Willy, espero poder ver Sueños de polvorón ya que no conseguí entrada de prensa ni siquiera comprando...
Saludos y visitá mi sitio sobre cine en http://www.festivalbafici.com.ar/