jueves, febrero 19, 2009

Más anotaciones a partir de Valquiria

* Leo por ahí que Operación Valquiria (así es el título local) es una “película promedio”. ¿Promedio?


*Tal cosa sólo podría afirmarse si los films utilizados para obtener tal promedio son de la década del 50´.

*Frente a los diferentes conflictos bélicos, el cine de Hollywood siempre optó por adoptar otra posición. En primer lugar desde toda perspectiva “histórica” e “ideológica”. Pero sobre todo utilizó tales conflictos como puntos de partida, como potenciales diégesis para desplegar un abanico de posibilidades simbólicas y para volver universales e intemporales los valores que esas posibilidades contienen. El heroísmo, entendido como función –sea esta trascendental o moral- es uno de ellos. Operación Valquiria es eso.

*En realidad, más que hacer universales e intemporales esos valores, el cine nos recuerda la universalidad e intemporalidad de ellos.

*De ninguna manera Operación Valquiria es una obra maestra. La media del cine actual puede confundirnos. Por ello debemos ser claros e insistentes: es una película promedio de la década del 50´.

*Leo también: “...más heroísmo que humanidad, en un filme que antepone el thriller al hondo, inabarcable drama histórico”. Esto está dicho, claro está, como una impugnación a la película de Singer. Si el autor de la frase hubiera entendido el cine, habría utilizado esas palabras para escribir una frase parecida, pero seguramente elogiosa.

miércoles, febrero 18, 2009

Apuntes para una futura crítica de Valquiria


·Valquiria muestra el camino que un director como Bryan Singer debería seguir (al igual que Christopher Nolan y David Fincher): uno que esquive tanto los vicios del entertainment como así también la tentanción de verse reconocido como auteur.

·Valquiria es, digamos, una película de Estudio. En cuanto a que se desprende de ella un espíritu clásico (en el sentido más hollywoodense del término) de economía narrativa e interpretativa.

·En Valquiria todos los personajes quedan definidos en sus acciones. No hay psicologismos. Un par de palabras, un par de gestos, y la forma de actuar frente a los hechos definen con detenimiento a cada uno de ellos. Y eso conforma, claro, la profundidad de la película.

·Los hechos que se narran en Valquiria están, obviamente, y con relación a eso que se llama “verdad histórica”, un poco distorsionados. Por ejemplo se omite que en dicha conspiración contra Hitler estuvieron involucrados sacerdotes jesuitas y miembros de la iglesia luterana. Pero sabemos que a la hora de transformase en película -por su puesto si tal película es capaz de acercarse al concepto del cine-, la “verdad histórica” no puede ser un parámetro de evaluación (salvo claro, que se llegue a disparates extremos como los de -perdón- El código Da Vinci, donde la idiotez y la ignorancia alcanza niveles cósmicos; ahí es diferente, y además, por supuesto, eso está por fuera del cine, y de toda actividad honrosa vale decir).

·Valquiria tiene como centro la función heroica.

·La constante aparición del elemento heroico, sus configuraciones y reconfiguraciones, es uno de los pilares del cine.

·El héroe de Valquiria, Claus Von Stauffenberg, es un militar católico en busca de redención. Y esa redención es en primera instancia particular, pero no solamente.

·El Héroe es quien decide. Bien claro lo dice: “Vine a tomar decisiones. Y a ayudar a que otros las tomen”.

·Una de las mejores imágenes de Valquiria muestra a Von Stauffenberg pensativo, mientras un espejo nos devuelve su imagen con un crucifijo sobre su cabeza. Ahí sabemos a qué responden las decisiones del Héroe. Antes los movimientos de una lámpara colgante como consecuencia de un bombardeo, y música de Wagner de fondo, ya nos había anticipado la irrupción de la verticalidad.

·Wagner. Le dice Hitler a Von Stauffenberg en un encuentro: “Quien no entiende a Wagner, nunca entenderá el nacionalsocialismo”. Antes había explicado qué son las Valquirias. La genealogía de los delirios pseudomíticos de cierto pensamiento alemán es puesta de manifiesto en Valquiria. Claus Von Stauffenberg los enfrentará desde su fe y heroicidad cristiana.

·De ese enfrentamiento -que mediante la operación estética del cine se vuelve símbolo del enfrentamiento eterno- nace esta buena película.

Interesante y acertado comentario del amigo Fabián en su blog:http://anotandocine.blogspot.com/

martes, febrero 17, 2009

Hace once años, o sea el 17 de febrero de 1998, también martes, moría en Wilflingen, Ernst Jünger. Tenía 103 años.

¿Qué sentido tiene recordar esta fecha? Simplemente es una excusa para recordarlo. Una excusa nada casual, ya que hoy me disponía a releer uno de sus libros, y al leer el prólogo noté la coincidencia de las fechas. Como dije: ninguna casualidad.
Entonces, eso, una excusa para recordar a Jünger, para intensificar la lectura de sus obras. Volver a sus pensamientos, sus experiencias, su imaginación.
Claro que no es difícil volver a un autor así. Es, más bien, inevitable. Y necesario.
Jünger es LA mirada del siglo XX. Es la voz cortante y constante. A veces dolorosa, siempre lúcida; de particular belleza en su despliegue.

Es un autor que se adhiere. Uno lo lleva consigo y lo tiene ahí, cerca del oído. Siempre.
El viento ha querido soplar seguido, muy seguido, en las páginas de este maravilloso
emboscado.