miércoles, febrero 18, 2009

Apuntes para una futura crítica de Valquiria


·Valquiria muestra el camino que un director como Bryan Singer debería seguir (al igual que Christopher Nolan y David Fincher): uno que esquive tanto los vicios del entertainment como así también la tentanción de verse reconocido como auteur.

·Valquiria es, digamos, una película de Estudio. En cuanto a que se desprende de ella un espíritu clásico (en el sentido más hollywoodense del término) de economía narrativa e interpretativa.

·En Valquiria todos los personajes quedan definidos en sus acciones. No hay psicologismos. Un par de palabras, un par de gestos, y la forma de actuar frente a los hechos definen con detenimiento a cada uno de ellos. Y eso conforma, claro, la profundidad de la película.

·Los hechos que se narran en Valquiria están, obviamente, y con relación a eso que se llama “verdad histórica”, un poco distorsionados. Por ejemplo se omite que en dicha conspiración contra Hitler estuvieron involucrados sacerdotes jesuitas y miembros de la iglesia luterana. Pero sabemos que a la hora de transformase en película -por su puesto si tal película es capaz de acercarse al concepto del cine-, la “verdad histórica” no puede ser un parámetro de evaluación (salvo claro, que se llegue a disparates extremos como los de -perdón- El código Da Vinci, donde la idiotez y la ignorancia alcanza niveles cósmicos; ahí es diferente, y además, por supuesto, eso está por fuera del cine, y de toda actividad honrosa vale decir).

·Valquiria tiene como centro la función heroica.

·La constante aparición del elemento heroico, sus configuraciones y reconfiguraciones, es uno de los pilares del cine.

·El héroe de Valquiria, Claus Von Stauffenberg, es un militar católico en busca de redención. Y esa redención es en primera instancia particular, pero no solamente.

·El Héroe es quien decide. Bien claro lo dice: “Vine a tomar decisiones. Y a ayudar a que otros las tomen”.

·Una de las mejores imágenes de Valquiria muestra a Von Stauffenberg pensativo, mientras un espejo nos devuelve su imagen con un crucifijo sobre su cabeza. Ahí sabemos a qué responden las decisiones del Héroe. Antes los movimientos de una lámpara colgante como consecuencia de un bombardeo, y música de Wagner de fondo, ya nos había anticipado la irrupción de la verticalidad.

·Wagner. Le dice Hitler a Von Stauffenberg en un encuentro: “Quien no entiende a Wagner, nunca entenderá el nacionalsocialismo”. Antes había explicado qué son las Valquirias. La genealogía de los delirios pseudomíticos de cierto pensamiento alemán es puesta de manifiesto en Valquiria. Claus Von Stauffenberg los enfrentará desde su fe y heroicidad cristiana.

·De ese enfrentamiento -que mediante la operación estética del cine se vuelve símbolo del enfrentamiento eterno- nace esta buena película.

Interesante y acertado comentario del amigo Fabián en su blog:http://anotandocine.blogspot.com/

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